Un lugar perdido entre
esquirlas de cristal
que te hará soñar

sábado, 12 de febrero de 2011

Esquirlas de Hielo


Una tenebrosa noche anduve despreocupado hasta el punto de olvidarme de quién era. Corría entre muros de un laberinto adornado con matorrales altos que no dejaban ver la Luna, ni las estrellas. Mis pisadas encharcadas de agua y barro chapoteaban resonando en toda la cúpula destruyéndola en esquirlas de hielo, un hielo frío, que cubría los cristales en una noche de invierno. La nevada obstruía mis pasos dejándolos aislados de la realidad y en una profunda monotonía. Mi vida caía en picado al no encontrar la salida del laberinto irreal, fantástico e imaginativo. Pero mi fuero interno seguía pensando en la lucha entre el hielo y el fuego por intentar comprender el jeroglífico de mi historia. Un cuento sin fin, un cuento sin metas, un cuento a las puertas de San Valentín, un cuento vagando solo por las puertas del palacio de la inmortalidad, un cuento siniestro y lleno de historias de amor... Sólo diré una cosa, pero no se lo digas a nadie:
- He encontrado la salida...
- ¿Ah, sí? - preguntó un grillo con la cabecita levantada.
- Creo que lo tengo claro, es así como piensa mi mente - aclaré.
- Todo lo que hay a tu alrededor es un cuento, un sueño sin salida...
Aparecí de lleno envuelto en las sábanas de mi cama en el interior de mi habitación. El reloj de mi mesilla estaba partido en esquirlas... ¿Quizás todo fuera real?
¿O no?

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