Arenas de Lava Ardiente

Busqué debajo de las piedras del río para encontrar tu sonrisa. Relacioné fórmulas químicas imponentes con el fin de comprobar el sitio en el que te encontrabas, pero resultó en vano. Descargué relámpagos de cristal del corazón de un ángel. Desalé el mar intentando encontrar tu savia. Pronuncié tu nombre bajo la lluvia, pero no obtuve respuesta. Era un mes de marzo ventoso, frío y soleado. Desaparecida tu alma se fusionó con un violín, gélido como un dintel del marco de una pintura al óleo, llena de castillos, princesas y fantasía. Una música amable de sensación irreal tomó mis manos, me acompañó al filo del acantilado para poder saltar a por ti... Pero tú ya te habías hundido... Ya no estabas aquí. De pronto, me giré entre arenas de lava ardiente. Tu rostro se desfiguraba; y mientras yo, lloraba...