Un lugar perdido entre
esquirlas de cristal
que te hará soñar

viernes, 14 de octubre de 2011

Zombie Nº 666


Comprendí que nunca hay que fiarse de nadie. Pero faltó aquella vez para que ocurriera. No recuerdo demasiado bien el escenario: todo era borroso, neblinoso y frío. De un color azul purpúreo como el crepúsculo. Me sentía agarrotado de pies a cabeza, como si me hubieran quebrado todos los huesos de mi cuerpo uno a uno. Ya al final del pasillo oscuro, observé una figura que rápidamente se desvaneció. Me acerqué al lugar donde vi la extraña criatura. En el suelo había un pequeño pergamino en el que estaban inscritos los números 666. Difícilmente abrí la puerta siguiente para acceder a la siguiente habitación, ya que había un juego de llaves de al menos decenas de estas. Un túnel lleno de dolor me arrastró a su interior cayendo a un pozo sin fondo de agonía y de sufrimiento.
Sí, es verdad, fue un sueño. Me desperté gélido, acurrucado en la almohada bajo las finas sábanas blancas bordadas. Fui a abrir la puerta de mi habitación para salir de ella, cuando ésta decidió no abrirse. Desesperadamente, en un acto involuntario, miré hacia atrás. Había un ensangrentado zombie sobre las sábanas de mi cama.

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