La Luna,
la Tierra.
El eclipse...
Tu lluvia,
mi nevada,
nuestra cumbre y
el Sol.
Las luciérnagas y la vida,
los pájaros y el cantar.
Si el mundo por cientas de veces pereciera,
permanecería a tu lado aunque
las mareas me mecieran.
Si el universo por cientas de veces amaneciera,
permanecería a tu lado aunque
las nevadas me cubrieran.
Si tu alma por cientas de veces muriera,
permanecería a tu lado aunque
los llantos me inundaran.
El eclipse lunar,
la lluvia de fuego...
Tu alma expuesta
al universo.
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