Vi mi cara palpitar al lado de la suya; su mirada, penetraba oscura y fría delante de mis párpados. Mis lamentos no eran escuchados entre los muertos y la esperanza. Mi deber era volver a reír, volver a ser como antes. Apresurado buscaba la salida entre los ojos de aquellas personas, aquellos ojos perdidos que veían la perdición antes de que ocurriera. Seguía pensando en cómo salvaría mi vida mientras que la hoz se alzaba sobre mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario